
El frenillo lingual es un tejido que todos tenemos en la boca. Es esa piel que conecta la lengua con el paladar y cuya misión es “frenar” el movimiento de la lengua y unirla al resto de la cavidad. Nos ayuda a comer y tragar alimentos, a pronunciar las palabras correctamente y a mantener ese equilibrio de las funciones de la boca.
El frenillo lingual se forma durante la gestación y, en las primeras etapas de la vida del niño, es corto y fino. Este tejido se desarrolla conforme crece y lo ejercita, pero en el caso de que esto no suceda se denomina anquiloglosia lingual o frenillo lingual corto.
Consecuencias del frenillo lingual corto
El frenillo lingual corto es un caso que debe tratarse en el dentista. Entre las consecuencias que trae para el niño podemos encontrar las siguientes:
- Alimentación. En el caso de los bebés, el frenillo lingual corto dificulta que succionen la leche. Por tanto, no podrán alimentarse con normalidad y presentarán problemas de crecimiento y digestión. Este frenillo lingual también afecta a niños mayores, impidiéndoles masticar y tragar correctamente los alimentos.
- Oclusión. Los movimientos linguales “abren” el paladar de los niños, que empieza siendo estrecho y abovedado. Si el frenillo lingual es corto y dificulta estas acciones, la estructura facial no crecerá correctamente y surgirán problemas de oclusión.
- Respiración. Una estructura maxilofacial anómala provocará que los bebés respiren por la boca en lugar de por la nariz. Por tanto, serán más proclives a padecer alergias, rinitis o infecciones de las vías respiratorias como bronquitis o neumonía.
- Dificultades en el habla. El frenillo lingual corto suele afectar a aquellos fonemas que se producen colocando la lengua en el cielo del paladar (“erre”, “ese”, “de” o “te”, por ejemplo).
¿Cómo se trata el frenillo lingual corto?
El tratamiento para el frenillo lingual corto dependerá de la gravedad del caso. Es indispensable acudir a la consulta de su odontopediatra para que dictamine cuál será el proceso a seguir, ya que si es leve únicamente se necesitará acudir a un logopeda. Este les dará a tus hijos unos ejercicios que conseguirán suplir la falta de movilidad de la lengua.
En los casos más graves será necesaria una cirugía muy sencilla, realizada con anestesia local, que se conoce como frenectomía lingual. Aun así, es indispensable que tras esta intervención se acuda a revisiones para comprobar que la cicatrización es correcta y que no existe ningún tipo de inflamación.
Esta cirugía acompañada de la acción de un logopeda, a lo largo del postoperatorio, ayudará a que los niños obtengan una movilidad normal y se eviten todas las consecuencias anteriormente mencionadas.
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